Esta es una crítica constructiva a la obra de Owens sobre “El Espíritu Santo”.
Esta corta reflexión al hermoso manuscrito de John Owen sobre “El Espíritu Santo” aclara o pone bajo la lupa de la reflexión la tesis de Owns sobre la presencia y gracia del Espíritu Santo en las personas.
John Owen (1616 – 24 de Agosto de 1683), fue un líder cristiano de origen Inglés, teólogo y académico, administrador de la Universidad de Oxford. Owen empieza magníficamente su repaso sobre “El Espíritu Santo“, de esta manera:
1: La obra del Espíritu Santo
Cuando Dios Padre planeó la gran obra de salvar pecadores, él proveyó dos dones. Él dio a su Hijo Jesucristo, y él dio a su Espíritu. De hecho cada Persona de la Trinidad se involucró en esta gran obra de salvación. El amor, gracia y sabiduría del Padre la planeó; el amor, gracia y humildad del Hijo la compró; y el amor, gracia y poder del Espíritu Santo “capacitó” a los “pecadores” para creer y recibirla.
Podemos notar que el autor al inicio de su obra, está convencido de que la misión del Espíritu Santo es “capacitar a los pecadores“, mi reflexión es contraria en el sentido de que “el Espíritu Santo capacita solamente a los Santos de la Iglesia de Dios“.
Owens, como muchos falsos pastores y maestros a través de la historia, no menciona en ninguna parte de su obra como es que llegó el a tal conclusión, lo cual parece ser que, esta acotación fue una simple deducción de su propia lógica, o de sus creencias, y no del conocimiento o estudio reflexivo de los hechos mencionados en diferentes pasajes bíblicos.
Recordemos que, en tiempos de Jesucristo, el Espíritu Santo fue otorgado en primer lugar al mismo Señor Jesús de Nazaret cuando éste fue bautizado por Juan el Bautista en el Rio Jordán, y así se registró también respectivamente en el libro de “Hechos de los Apóstoles”.
Hechos 10:38
Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, por que Dios estaba con el.
La frase mas imponente de ese registro es la que manifiesta que “DIOS ESTABA CON EL”. No hace falta aclarar que Dios esta con quienes ya están “libres de todo pecado”, con quienes han alcanzado un estado de santificación que complace a Dios, y que además le obedecen plenamente. Jesús ya era un santo cuando recibió ambos bautizos. No existe ningún registro histórico que diga que Jesús era un pecador al momento de recibir el Espíritu Santo.
Entonces, si nosotros aceptásemos la afirmación de John Owens, y la de miles de falsos pastores y maestros de que el Espíritu Santo es quien “capacita a los pecadores”, también deberíamos asumir entonces que Jesús de Nazaret fue un pecador en el momento de recibir el Espíritu Santo, lo cual contradice totalmente a los evangelios, pues el bautizo es, no solamente el inicio del camino a la salvación sino que también representa la renunciación y el arrepentimiento de todos los pecados del hombre, expresados a través de la confesión de todos los pecados, los cuales le son perdonados en su totalidad durante el bautizo. Pero, para que el creyente pase de una condición pecaminosa a un estado de santidad total, éste debe no solamente renunciar y confesar sus pecados sino aprender las Leyes de la Vida y de la Muerte y estar en plena obediencia con el Padre, antes de que pueda “recibir” el Espíritu Santo.
Si la persona no pasa por este proceso de ARREPENTIMIENTO, ABANDONO Y CONFESIÓN DE TODOS SUS PECADOS, y de APRENDIZAJE DE SUS LEYES PARA PODER ESTAR EN PERFECTA OBEDIENCIA Y ARMONÍA CON DIOS, ésta persona no puede recibir el Espíritu Santo en su estado de pecador, que es un estado de inmundicia.
1 Juan 2:16
Porque todo lo que hay en el mundo–los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida– no proviene del Padre, sino que existen por causa del mundo. [Porque lo que su carne y ojos desean, y el orgullo asociado con alcanzarlos, no viene del Creador, sino viene del sistema del mundo, gobernado por el dios de este mundo, Satanás. Cualquier cosa que usted codicie es idolatría. De la Palabra del Señor en el interior: “Por lo tanto arrepiéntete de esta necedad.”]
Gálatas 5:16-17
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaceréis los malos deseos de la carne. (Este es un consejo para quienes ya han recibido al Espíritu Santo). Porque la carne desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, así usted no puede hacer las cosas que desea hacer. [Usted no puede hacer las cosas que desea hacer; usted debe crucificar su lujuria y deseos carnales para después ser guiado por Dios en pensamientos, palabras, y acciones. Solo entonces usted sera guiado por el Espíritu, haciendo la voluntad de Él, no la suya; y su mente y voluntad primero deben morir en la cruz interna de la negación propia.]
2 Pedro 2:10
Y especialmente a aquellos que andan tras las pervertidas pasiones de la carne, y desprecian toda autoridad! Estos atrevidos y arrogantes no temen maldecir a las potestades superiores [celestiales],
1 Pedro 2:11,4:2
Amados, yo os exhorto como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma.
1 Pedro 4:2
para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino en la voluntad de Dios.
2 Timoteo 2:22
Huye, pues, de las pasiones juveniles y aspira y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor. [La justicia debe ser buscada, seguida y aspirada. Nosotros debemos buscar su justicia como la prioridad más importante de nuestra vida. Mat 6:33. Nosotros debemos esperar pacientemente, por fe, mediante el Espíritu, la esperanza de justicia, Gal 5:5. Nuestra obediencia a lo que oímos que el Señor nos habla nos lleva a la justicia. Rom 6:16. Pablo habla de una comunión con otros quienes tienen un corazón puro. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios, Mat 5:8; Porque el Dios que dijo: “La luz resplandecerá de las tinieblas” es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. 2 Cor 4:6.]
Romanos 8:11-13,13:14
11 Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos mora en vosotros, el que resucitó a Cristo de entre los muertos también dará vida a vuestros cuerpos mortales mediante su Espíritu que mora en vosotros. [Después que nuestra naturaleza carnal y pecaminosa ha sido destruída por el Espíritu, lo cual resulta en que el cuerpo está muerto a sus deseos y pasiones, el Señor es resucitado en nosotros para ser nuestro verdadero Señor, de modo que nosotros somos una nueva criatura en nueva vida con la justicia imputada de Cristo. Esto se debe experimentar mientras estamos en la tierra, no se debe suponer, ni se debe entender como algo que ocurre después de nuestra muerte física.] Así que, hermanos, somos deudores, pero no a la carne para que vivamos conforme a la carne. Porque si vivís conforme a la carne [la naturaleza pecaminosa], habéis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las prácticas de la carne, viviréis.
[Por lo tanto, haced morir lo terrenal en vuestros miembros: fornicación, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Col 3:5. Despojaos de la vieja naturaleza que controlaba vuestra conducta; la cual se corrompe a sí misma por medio de lujuria y deseos que surgen del engaño. Efe 4:22]
Romanos 8:13:14
Más bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisión para satisfacer los malos deseos de la carne.
Efesios 2:2-3
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo y al príncipe de la potestad del aire [Satanás], que es el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia. [Hasta que usted sea obedientemente guiado por el Espíritu de Cristo en todos sus pensamientos, palabras, y acciones, usted es un hijo de la desobediencia: un descendiente de Adán, el hombre caído y desobediente; y a menos que usted haya crucificado ese espíritu satánico y egoísta dentro de usted, usted está caminando de acuerdo a la dirección de Satanás, lo cual es caminar en lujuria, satisfaciendo los deseos de su carne y los pensamientos de su mente carnal.]
3 En tiempos pasados todos nosotros tuvimos nuestra conducta entre ellos en la lujuria de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y los pensamientos de nuestra mente; y por naturaleza éramos hijos de ira y el objeto de su indignación, como el resto de la humanidad.1 [¡Tome nota! Toda la humanidad camina en deseos pecaminosos, de acuerdo a los deseos de su carne y los pensamientos de su mente, la cual está bajo la guía de Satanás. Sin embargo, Pablo le está hablando a los creyentes crucificados, quienes ya no están controlados por los deseos de su carne; quienes ya no piensan sus propios pensamientos, cuya naturaleza pecaminosa ha sido destruida, incluyendo su mente carnal, remplazada por la mente de Cristo.]
Efesios 4:22
Despojaos de la vieja naturaleza que controlaba vuestra conducta; la cual se corrompe a sí misma por medio de lujuria y deseos que surgen del engaño;
John Owen hace un acotación totalmente contraria a lo ocurrido en todos los casos en que fue dado el Espíritu Santo. Para el momento en que los Apóstoles recibieron el Espíritu Santo, en el día de Pentecostes, ellos ya habían sido purificados, limpiados de sus inmundicias y pecados por las mismas manos, santificados por las obras, acciones y la palabra de Jesús de Nazaret, gracias a lo cual podían entonces recibir tanto el Espíritu Santo, como también todos los poderes que este provee a todos quienes lo reciben.
John Owen esta muy lejos de la verdad al afirmar que “el Espíritu Santo es dado a los pecadores para su capacitación”, pues la capacitación y la preparación al discipulado fue una misión encargada a todos los Santos de la Iglesia de Dios cuando dijo:
Mateo 28:19-20
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Esta misión fue encomendada a los hombres que ya se han purificado del pecado y obviamente ya han abandonado su condición de pecadores y han recibido el Espíritu Santo. Y para afianzar aún más esta aclaración, estudiemos detenidamente todos y cada uno de los casos en que fue dado el Espíritu Santo a cada persona en los diferentes párrafos bíblicos.
Es la misión de la Iglesia de Cristo preparar, instruir, capacitar, limpiar y santificar a todos los nuevos creyentes, ayudándolos en el proceso de la purificación personal, limpiándoles de todo pecado, (lavándonos los unos a los otros). El Espíritu Santo en su lugar si guía y dirige a sus santos en este proceso por que él esta con todos los Santos de la Iglesia de Dios para llevar a cabo esta finalidad. (Imposición de manos de los santos).
Son los pastores y evangelistas quienes preparan a los creyentes para este momento crucial del arrepentimiento y la purificación de todos los pecados, para que los nuevos creyentes puedan NACER DE NUEVO EN AGUA Y ESPÍRITU y ser santos, recibiendo entonces al Espíritu Santo. Para entonces, el bautizo ya no es en agua solamente sino en Espíritu.
El inicio del nuevo pacto empieza en el bautizo en el agua, pero al término de su santificación, estos serán bautizados directamente por Dios con el Espíritu Santo. (El bautizo del Espíritu.)
Juan 3:5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Juan 14, 16-17
“Yo rogaré al Padre, y les dará otro Intercesor que permanecerá siempre con ustedes. [Dijo a sus santos]. Este es el Espíritu de Verdad que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes saben que él permanece con ustedes, y estará en ustedes”.
Estas fueron palabras de Jesús a sus Apóstoles, no a la multitud de pecadores. Incluso indica claramente que este es el Espíritu que el mundo NO PUEDE RECIBIR.
Un solo Dios, una sola fe, y un solo bautizo, el del Espíritu. Pensando siempre en el bautizo en el Espíritu, y ya no en agua.