Pecado, (del latín peccatum), es la transgresión “voluntaria y/o con conocimiento” de una disposición de Dios Padre Jehová.
En teología moral se lo considera «un acto malo, o la omisión culpable de un acto bueno obligatorio». Por extensión, se denomina pecado a todo aquello que se aparta de lo correcto y justo, o que falta a lo que es debido. Según la teología cristiana, existen 5 tipos de pecados de los que tenemos que cuidarnos todos:
- Los Pecados Capitales
- Los Pecados Mortales
- Los Pecados Veniales
- Los Pecados de Pensamiento
- Los Pecados por Omisión
Los Pecados Capitales
Los pecados capitales son 7 pecados que el cristianismo describió como graves y que pueden ser similares a los mortales, siendo los más graves que se pueden cometer ya que se considera que son en contra de Dios.
El evitar los pecados capitales marcó la moral cristiana en los primeros años de esta religión y diferentes filósofos y teólogos los analizaron y ordenaron, considerándolos “el camino al infierno”.
Los 7 pecados capitales no describen una conducta específica sino que nos llevan a varias de ellas, por eso se considera que corrompen al alma y por ende, -de no ser corregidos a tiempo-, le encaminan al infierno.
Así, los 7 pecados capitales son:
- lujuria.
- ira.
- soberbia.
- envidia.
- avaricia.
- pereza.
- gula.
Pecados Mortales
Entre los pecados mortales más universales están: La herejía, el asesinato, la irá extrema, el perjurio, la avaricia, el sacrilegio, la idolatría, los abusos sexuales y contra menores entre varios más.
Pecados Veniales
Un pecado venial es el que se hace sin completa intención ni conocimiento de causa por lo que tienen una gravedad menor a los mortales, pese a poder tratarse de asuntos similares. Estos no te salvan de la muerte pero algunos actos buenos podrían borrar algunos actos malos (pecados veniales).
Un pecado venial puede ser perdonado por quien es víctima, permitiendo que la persona pueda purificar su alma mediante el perdón y la auto reflexión, mientras que un pecado mortal requiere de la absolución de un sacerdote, y en los casos más graves sólo de Dios, lo que se hace a través de la imposición de manos de los santos vivos. Los santos muertos no deben ser invocados ni ser rezados. Dios Padre Jehová es un Dios de santos vivos, no de santos muertos.
Los pecados de Pensamiento
Los malos deseos, la codicia, tramar injusticias, crímenes y delitos aunque estos no se cumplieran. En relación con el adulterio, Jesús dijo, “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28).
Pecados de Omisión
Pecar por omisión es pecar por dejar de hacer lo que se debe por lo que no se comete de forma activa. Un pecado por omisión puede deberse a la ignorancia o al dejar de lado conductas que se esperan como congregarse. No ir a la iglesia no es pecado. Pero no congregarse, si!
¿Hay alguna lista bíblica completa de los pecados?
A menudo pensamos que nuestra vida puede simplificarse si sólo tuviéramos una lista de verificación para aprender más sobre los pecados y seguir por el camino correcto, evitándolos día a día.
Tenemos la lista de las compras, listas de tareas pendientes, listas de deseos, y mucho más. Sin duda, si Dios quiere que tengamos éxito al vivir para él, deberíamos todos hacer una lista basada en la biblia de los pecados que debemos evitar.
Cuando leemos la biblia, indudablemente encontramos menciones de pecados, pero también descubrimos que las esas menciones parece que nunca terminan.
Desde el principio, Dios le dijo al hombre qué era lo bueno y qué era lo malo. Dios le dijo a Adán en el Jardín del Eden: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17).
Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, Dios estableció su ley con ellos en el monte Sinaí. Los diez mandamientos (Éxodo 20:1-17) no eran toda la ley, pero si era un resumen de todo lo que Dios tenía para decirles. Los libros de Levítico y Deuteronomio se dedicaron a revelar las leyes de Dios a los israelitas. Los rabinos judíos dicen que hay 613 leyes en la Torá (los libros de Moisés). De estos, 365 están en la categoría del “no debes…”. Es decir, que si lo haces, estas pecando porque estas desobedeciendo al Padre. Un paso inteligente seria conocer todas las 613 disposiciones y sumarlas a las del nuevo testamento.
¿Cuáles son algunos ejemplos de estos pecados?
De los diez mandamientos tenemos la falsa adoración, idolatría, tomar el nombre de Dios en vano, quebrantar el día de reposo, deshonrar a los padres, matar, adulterar, robar, mentir / calumniar, y codiciar.
En el sermón del monte (Mateo 5-7), Jesús tomó algunos de estos mismos pecados a un nuevo nivel.
Con respecto a matar, Jesús dijo: “cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:22).
En relación con el adulterio, Jesús dijo, “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28).
Con respecto a los pecados de la carne En Gálatas 5:19-21 Pablo nos previene cuando se nos dice, “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
Estas cortas listas le darán a la mayoría de las personas un montón de cosas para ocuparse durante toda una vida. Además de las diversas listas que se pueden encontrar en las escrituras, se nos dice en 1 Juan 5:17 que “Toda injusticia es pecado”. La biblia no sólo nos dicen las cosas que no debemos hacer, sino que en Santiago 4:17, se nos informa que “el que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”.
Cuando tratamos de elaborar una lista de pecados, nos encontramos enterrados bajo la culpa de nuestros propios fracasos, porque descubrimos que hemos pecado mucho más allá de lo que pensábamos. La escritura nos dice, “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gálatas 3:10).
Si bien esa afirmación podría parecer contraproducente, en realidad es la mejor noticia posible. Ya que nunca podemos guardar plenamente la ley de Dios, debe haber otra respuesta, y se encuentra en unos versículos más adelante: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, (se refiere a los santo, no a los pecadores), hecho por nosotros maldición, (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu” (Gálatas 3:13-14).
La ley de Dios, o las listas de pecados que encontramos en la biblia, sirven como “nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3:24).