La limpieza exterior como un paso previo a la limpieza interior

Al caminar a la luz de la Palabra de Dios y crecer en una forma nueva, comenzamos a mirar hacia atrás y ver tantas cosas de las cuales no estábamos conscientes antes de conocer a Cristo.

¿Ha visitado alguna vez lo que se llama “El Palacio de la Risa” en un parque de diversiones?

Si ya lo visitó antes, usted sabe que adentro está todo muy obscuro y usted no sabe en ningún momento donde pisa. De golpe se le aparecen figuras delante suyo que lo toman desprevenido y lo asustan. Sus nervios se ponen de punta al escuchar sonidos aterradores. A veces usted choca con una persona de verdad, y a veces son imaginarias. Sí señor, “El Palacio de la Risa” no es algo que podamos llamar precisamente como divertido.

Cuando Dios nos rescató de la obscuridad y nos trajo a la luz de la verdad y de la vida, fue como sacarnos de ese “Palacio de la Risa”, a la vida. De golpe pudimos ver los peligros de la obscuridad del mundo que antes no podíamos ver. Ahora podemos ver a otros que caminan en la obscuridad; en los mismos lugares poco seguros en los cuales ya habíamos estado caminando nosotros, antes de ingresar a la “Luz de la Cruz” de Jesucristo.

A causa de que ahora vemos y entendemos lo que les va a ocurrir a ellos es que tratamos de prevenirlos acerca de los peligros que les acechan, pero muchas veces nuestras advertencias no son suficientes y tampoco son escuchadas. Están atrapados por la “diversión de la vida” y “no desean ser interrumpidos”.

Al mirar alrededor nuestro, nos sentimos incómodos con lo que vemos porque muchas de estas situaciones forman parte de nuestras vidas. Nos damos cuenta de que hay cosas en nuestra vida y en nuestro hogar que no deberían estar allí. Cosas que nos separan de Dios, que nos quitan tiempo, y que llenan nuestras mentes con las cosas del mundo. Ellas no solo nos separan de Dios sino que nos alejan cada vez más de él.

En 2 Corintios 6:14, el Apostol Pablo nos exhorta a caminar en una forma digna de ser llamados hijos de Dios. Nos pide que nos separemos “de todas las cosas inmundas de este mundo”, y que no tengamos ninguna asociación con aquellas personas que no proclaman el nombre de Jesús.

2 Corintios 6:18 Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

2 Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Limpiando Nuestra Casa

Cuando miramos alrededor nuestro, pueden haber cosas en nuestros hogares que no glorifican a Dios ni edifican nuestra vida, pero que entorpecen nuestro caminar con Cristo. Así como debemos reflejar su Señorío en nuestras vidas, nunca deben ser nuestros hogares una distracción que nos aleje de nuestro maravilloso Señor.

Póngase de acuerdo con su esposa, esposo, familia, hermanos o compañeros de habitación, o si vive solo, considere esto con cuidado y ore a Dios Padre antes de tomar estos cuatro pasos sugeridos para hacer una limpieza espiritual de su casa. Este es un maravilloso momento para alabar a Dios por su salvación en Jesucristo, por sus bendiciones de provisión en su vida, y por el calor y la protección del hogar que Él ha provisto para Ud.

1 – Ore por este proyecto.- Involucre a todos. Hable acerca de su casa y de las cosas que hay en ella. Si le es posible traer a un grupo que venga a su casa a caminar y orar por ella, esta puede llegar a ser una experiencia maravillosa para Ud. Y su familia. Si el esposo no es creyente, es importante que él, de todos modos, esté de acuerdo con la limpieza espiritual. Algunos de los problemas que pueden existir en una casa tienen que ver, por ejemplo, con peleas, violencia, disturbios que podría ser posible que se encuentren allí de habitantes, inquilinos o propietarios anteriores. Deben buscarse objetos que puedan significar una violación de las Escrituras o de los principios de Dios y debe tomarse autoridad sobre los espíritus demoníacos en operación en aquellos lugares atándolos y sujetándolos en el nombre de Jesús.

2 – Haga una caminata por su casa.- Primero, pida al Espíritu Santo que lo proteja mientas usted limpia su casa en obediencia a Dios. Es bueno ponerse de acuerdo de antemano de que van a deshacerse de toda cosa que viole las Escrituras o que se haya convertido en una piedra de tropiezo en su amor y crecimiento en Cristo. Luego pídale a Él que le muestre libros, revistas, juguetes, joyas, recuerdos o cualquier cosa que le sea poco grata a Él. Pídale a sus hijos que le muestren cualquier juguete que los hace sentir incómodos.

Revise los juguetes y libros de sus hijos junto con ellos. Deje que ellos sean los primeros en revisar los objetos y luego, si hay otros, trabaje con sus niños con suavidad, y explíqueles por qué está usted eliminando esos objetos. Es importante que reemplace los objetos que tiró por juguetes íntegros y los cuales no serán un estorbo para su crecimiento en Cristo. También es de mucha ayuda que ellos tengan libros con cuentos bíblicos que no sólo les enseñen sino que también tengan hermosas ilustraciones que demuestren la sabiduría y la fuerza que Dios da a su pueblo.

Haga un chequeo de sus libros, revistas, joyas y también ropa que quizás no sea de edificación para Dios. Es muy importante que ellos miren y examinen souvenir que usted haya traído a su casa. Si son caricaturas de dioses de otras naciones (Por ejemplo: budas, tisis, dioses y diosas, máscaras de muerte, máscaras de demonios) deshágase de ellas!

3 – Quite todos los objetos desagradables de su hogar.- Queme todo lo que pueda ser quemado. Coloque vidrio, cerámica o cosas de yeso en una bolsa y rómpalas con un martillo, para que nadie más las pueda usar, luego tírelas a la basura. Ponga en una bolsa de plástico aquellos objetos irrompibles y tírelos a la basura. No regale estos objetos a nadie para evitar pasarles estos problemas a otros. Dios dice que nos deshagamos de estas cosas.

Deuteronomio 7:25 Las esculturas de sus dioses quemarán en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios: (26) y no traerás cosa abominable a tu casa para que nos seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.

4 – Dedique su hogar y las personas que viven en él al Señor.- Esté alerta. Tenga cuidado con lo que trae a su casa, sepa cuál es su contenido y cómo puede afectar a la familia y a sus invitados. David dice en el Salmo 101: 2-7: Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa. No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí. Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado. Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré; no sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.

¿Es su corazón íntegro? ¿Está su corazón dispuesto a caminar tras el Señor en humildad y en verdad? La bendición de Dios estará sobre aquellos que anhelan seguirle. El Espíritu de Dios estará con nosotros cuando reclamamos la tierra en obediencia a él y a su Palabra.

Ore y determine en su corazón y en su mente ser obediente a lo que sea que el Espíritu Santo trae a su pensamiento. Esta es una buena razón para pedirle a un grupo de gente que caminen con usted por toda su casa. A menudo, minimizamos el poder que posee un objeto. Quizás lo tuvimos durante tanto tiempo que tendemos a pasarlo por alto. El grupo vendrá a su casa con ojos nuevos, y sin estar afectados por el lugar confortable que tiene el objeto en su casa. Ellos le señalaran diferentes objetos que deberían ser quitados, pero usted, el dueño debe ser obediente y sacarlo. La siguiente es una lista de ocho categorías de objetos que en alguna oportunidad han sido causa de actividad demoníaca en una casa.

1 : Toda pornografía: libros, revistas, calendarios, videos y todo material impreso o fotografías pervertidas que sean sexualmente explícitas.

2 : Estatuas o recuerdos de dioses o diosas extraños que hayan sido comprados durante las vacaciones o enviados por amigos de otras culturas o países. Cristales de la Nueva Era, amuletos de la buena suerte o del ocultismo.

3 : Libros: Material escrito por escritores de religiones o cultos falsos, astrología, horóscopos, adivinaciones. Libros sobre filosofías del mundo, y tradiciones religiosas de acuerdo con los principios elementales de este mundo, y no de acuerdo con Cristo. Metafísica, espiritismo, brujería y satanismo. Si estos libros son usados para información relacionada con su ministerio al Señor, usted necesita orar para que la sangre de Cristo cubra esos libros y su mente.

4 : Juguetes infantiles: Muñecas importadas que tienen una naturaleza violenta o del ocultismo, así como de duendes, unicornios de la Nueva Era, pegasos, Amos del Universo y muñecos de la línea He-man. Examine todos los juguetes de sus niños. Por ejemplo: al jugar un niño pretendiendo o simulando ser el muñeco, ese niño proyectará su imaginación al muñeco y, en cierta forma, le dará vida al jugar por el bien o el mal, violencia o paz, obediencia o rebeldía.

5 : Música: La música actual puede traerle paz y gozo a su hogar o malestar y rebeldía. Los padres deben estar de acuerdo y ejercitar autoridad sobre qué es aceptable en el hogar. Algunos tipos de rock y música “heavy metal” fomentan rebeldía en contra de Dios, la familia, y las autoridades de los gobiernos humanos. Muchas veces promueven enojo, rabia y desobediencia mientras que algunas letras de las canciones fomentan suicidios y asesinatos.

6 : Desorden y suciedad en su casa pueden traer confusión y pereza lo cual es una señal equivocada para sus hijos. Un hogar cristiano que está limpio y ordenado es un lugar donde se nota la presencia de Dios.

7 : Joyas: Busque signos del ocultismo o astrológicos, de la buena suerte, medallas religiosas, anillos o prendedores masónicos, o cristales de la nueva Era (En forma de alhajas)

8 : Muebles usados: Cuando limpiamos en oración deberíamos considerar a los dueños anteriores de nuestra casa y a los muebles, así también como ropa, automóviles, juguetes, cualquier objeto que haya tenido un dueño anterior.

Esté consciente, asimismo, de los dibujos animados y de los programas de televisión que miran sus hijos, ya que el 80 por ciento de los dibujos animados son del ocultismo. Examine sus juegos de video ya que muchos promueven en una dirección violenta, del ocultismo o Satánica a sus pensamientos. ¡Esté en autoridad! También tendrá que estar consciente de la entrada a su casa de amigos rebeldes o inmorales, suyos o de sus hijos. Toda actividad que tenga lugar tanto en su presencia como en su ausencia tendrá un efecto en la vida de su familia y en su crecimiento en el Señor.

Reemplace, finalmente, todo objeto que haya tirado, por juguetes sanos, íntegros y divertidos. Música que sea apacible con gozo y alabanza al Señor. Libros que alimenten la mente de su familia con ideas piadosas acerca de los héroes de la fe. Cuelgue cuadros con versículos de la Biblia.

El libro de Josué es la historia de cómo el pueblo de Dios poseyó la tierra que Dios les había prometido. Allí les dice que donde pisaren con sus pies, allí tendrán posesión. Y que no se desvíen de la ley ni a derecha ni a izquierda para que puedan tener éxito donde quiera que vayan. Hoy día, Dios ha bendecido a su pueblo cubriéndolos con su presencia, protegiéndonos y proveyendo para nosotros y para nuestras familias. A través del sacrificio de Jesús en la cruz pagando por nuestros pecados, hemos sido liberados del maligno. Podemos caminar ahora libres del yugo de Satanás. Así como Dios le dio la tierra prometida a su pueblo, así también los llamó a caminar sobre ella y reclamarla siendo siempre obedientes a su Palabra.

De esa misma manera debemos hoy reclamar la propiedad que Dios ha provisto para nosotros, colocando la Soberanía de Jesucristo sobre ella. En obediencia a Dios, necesitamos tirar todo aquello que pudiera estorbar la alabanza y adoración en nuestra familia, así como el crecimiento y desarrollo de ella. Los siguientes, son siete pasos que usted puede tomar para completar la limpieza de su propiedad.

UNO: Reconozca la soberanía de Jesucristo como cabeza de su hogar. Dedique, nuevamente, su vida y su hogar a Dios como testimonio de su bondad y de su gracia para ser usado para su honra y gloria. Cuando limpie y reclame su casa y su propiedad para el Señor, póngase la armadura de Dios antes de confrontar a los espíritus demoníacos. Ore y pida que el poder de la sangre de Jesús cubra a toda persona involucrada en este ministerio, sus familias, mascotas y las posesiones que Dios les ha confiado de manera que Satanás no pueda, de ningún modo, desquitarse. Luego sométase a la autoridad de Jesucristo como siervo suyo. Se puede nombrar específicamente a los espíritus que pueden tener actividad en una casa. Por ejemplo: Hechicería, engaño, división, confusión, odio, rebeldía, asesinato y suicidio.

DOS: Vaya de habitación en habitación y pídale al Espíritu Santo que le revele todo espíritu demoníaco, trayéndoselo a su mente. Tenga en cuenta los problemas que se han experimentado en ciertas habitaciones en especial (Si es que los ha habido) y ate a aquellos espíritus demoníacos específicos y a los que están asociados con ellos. Échelos fuera al lugar que Dios les ha preparado. Por medio de oración, limpie roperos, placard, muebles, pequeños espacios, sótanos, garajes y altillos. Pídale al Espíritu Santo que le revele todo lugar donde pueda estar escondido un espíritu demoníaco, y échelo fuera. Luego ore para que la sangre limpiadora de Jesús cubra cada parte de esa habitación y pida que la presencia de Dios y su bendición llene cada rincón de ese lugar. Principalmente, es inteligente orar por los espejos, ya que los espíritus de imágenes pervertidas, de impureza o perversión sexual, rebeldía, violencia o enfermedad pueden alojarse en ellos. Átelos y échelos fuera ordenándole que no vuelvan nunca más.

TRES: Cuando vaya de habitación en habitación, apunte o lea versículos que se le vayan presentando en su mente. Esté alerta y busque libros, revistas, objetos o recuerdos del ocultismo que puedan estar dándole un lugar al enemigo donde ocultarse y de dónde usa su poder para engañar y atormentar a sus dueños. Estos objetos deben ser expuestos y sacados de la propiedad y destruidos. Esta es la responsabilidad de los dueños.

CUATRO: Si hay objetos que pertenecen a una forma de vida anterior en el ocultismo, Nueva Era, satanismo, brujería, etc., estas cosas deben ser sacadas y destruidas inmediatamente.

CINCO: Limpie y desinfecte muebles, autos, libros, ropa, cualquier cosa que sea de segunda mano que haya venido a usted de una fuente desconocida, y por algunas que estén dentro de su conocimiento.

SEIS: Unja los dinteles de puertas y ventanas de cada una de las habitaciones para que la casa esté cubierta, llena del Señor y dedicada a Él. Cuando ore por la casa, recuerde agradecer y alabar a Dios por su presencia allí. Cuando haya terminado de limpiar espiritualmente una habitación, ore para que la bendición del Señor esté allí.

Por ejemplo: Cuando esté en un dormitorio, imponga manos sobre la cama y ore por el descanso y la frescura del Señor para aquellos que van a estar reposando en ella. Ore por noches de sueño descansado y por paz.

En la cocina, todo debe estar limpio y desinfectado, no debe haber un solo rastro de inmundicia mientras prepara y comparte las comidas con su familia, ore por la salud de la familia y por la comida espiritual que será compartida alrededor de la mesa familiar.

En la sala, ore por la presencia y la bendición de Dios en las actividades sociales y en los ratos en que se reúne la familia. Ore que el hogar, sea usada su casa como una “casa de luz” para aprender la Palabra de Dios.

Siempre recuerde orar diciendo: “Gracias, Dios Padre Celestial por tu provisión y protección sobre nuestra familia y te pido que este hogar y que nuestras vidas sean una bendición para todos los que nos visiten y sobre todo para ti. Extiende esta gracia también a todos los hogares que te necesitan y haznos a todos útiles a plan divino.”

Si se repiten escenas de inquietud espiritual en su casa tales como: explosiones de ira, rebeliones, discordias o desacuerdos que estallan de golpe, sospeche que hay “un ataque demoníaco”. Pasee por su casa y una vez más reclame su hogar “en el nombre del Señor Jesucristo”. Inspeccione para ver si han sido traídas nuevamente alguna de las cosas anteriores tales como revistas inmundas, música profana, etc. Y sáquelas de allí. Algunas veces ocurre que si ha habido mucho ir y venir de gente o ministerio en su casa, los espíritus demoníacos vienen y se quedan hasta que son sacados espiritualmente. Puede ser una buena idea pasear por su casa regularmente y hacer una limpieza general, alabando al Señor por su bendición sobre su familia.

SIETE: Ahora vaya afuera y camine por el perímetro de su propiedad o párese en la línea divisoria de su propiedad y reclame todo derecho sobre ella por la mano de Dios. Luego estacione a los ángeles de Dios en las cuatro esquinas de su propiedad para expresarle al reino espiritual que Dios es el dueño de esta propiedad. Nosotros, como sus siervos, se la cuidamos.

Si hay alguna sospecha de que el terreno era parte de territorio indio, o que hubo reclamos sobre la propiedad para el mundo demoníaco por medio de ritos o rituales de brujerías, póngase firme. Léa las escrituras y reclame el terreno de vuelta por medio de la autoridad que tenemos en el nombre de Jesucristo.

Había un pastor que tenía su iglesia en la cima de un monte solitario. Habían estado ocurriendo cosas extrañas, objetos de brujería habían sido dejados en la iglesia y alrededor de ella. Al pastor le gustaba mucho trepar por las colinas que estaban por encima de la iglesia. Un día, durante una de sus caminatas, se encontró con los restos de un animal muerto, el cual había sido cortado y distribuido en pedazos en forma ritual. Él decidió que debía limpiar la iglesia y llamó a un grupo de creyentes entrenados en guerra espiritual para que oraran por la iglesia. Cuenta que tuvieron un hermoso tiempo de alabanza y oración. Cantaron y oraron; alabaron y adoraron y luego fueron de habitación en habitación para batallar contra el enemigo y para limpiar el templo de Dios. Cuando terminaron adentro, todos tomaron linternas y subieron a la colina, el lugar en el que habían sido encontrados los huesos. Nuevamente alabaron, leyeron la Palabra de Dios y reclamaron el terreno que Dios había provisto para la iglesia, y le dieron gracias a Dios por él. Luego tuvieron la Cena del Señor allí mismo, bajo el cielo estrellado, reverenciando a un Dios que ha creado un universo tan magnífico como el que vemos, y que sin embargo que nos conoce a cada uno por su nombre. Un Dios tan grande que mandó a su propio Hijo para que diera su vida para rescatarnos de nuestro pecado, para redimirnos para Él, y luego ofrecernos que lo llamemos Padre. Cuando finalizaron, el pastor volcó el vino que quedaba sobre el lugar del sacrificio para reclamar en forma simbólica la cobertura de la sangre de Jesús sobre ese terreno. Qué hermoso es ser un hijo de Dios ya que nuestra confianza plena está también plena en Él.

Cuando usted examina la vida nueva que Jesucristo ha comenzado en usted, usted mismo comienza a ver el milagro que Dios ha producido: “belleza entre las cenizas”. Cuando usted examina las diferentes maneras en que Él ha provisto para su provisión y protección para su crecimiento diario, sabiendo todo lo que usted necesita, usted ve que Él es un Padre que mantiene sus promesas y que verdaderamente nunca lo dejará ni lo abandonará. Por eso es que podemos leer en el libro de Jeremías aquello que de alguna manera sirve perfectamente para ponerle un final santo, optimista y de altísima confianza a un tema que por momentos quizás haya podido asustar a alguno que no estaba acostumbrado, por imprevisión eclesiástica quizás a tratar con estos temas.

Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (12) Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; (13) y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscareis de todo vuestro corazón.

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